El Pomerania de la Reina Victoria: Un relato real de amor canino

Un Encuentro Real

La historia comienza en 1888, cuando la Reina Victoria, durante una visita a Italia, se encontró con un pequeño y encantador Pomerania de pelaje color naranja. Este pequeño canino, llamado Marco, pesaba apenas 12 libras, mucho menos que los Pomeranias típicos de la época, que solían pesar alrededor de 30 libras. La reina quedó instantáneamente enamorada de Marco y decidió llevárselo de vuelta a Inglaterra.

Marco: El Favorito de la Reina

Marco no solo se convirtió en el favorito de la reina sino también en su constante compañero. Viajaba con ella a todas partes, asistía a reuniones y eventos reales, y disfrutaba de los placeres y lujos de la vida en la corte. La reina estaba tan encantada con su pequeño amigo que comenzó a interesarse profundamente en la raza Pomerania, dedicando tiempo y recursos a su cría y desarrollo.

El legado de Marco

La influencia de Marco en la reina fue tal que ella decidió emprender un programa de cría para reducir el tamaño de los Pomeranias y acercarlos más al estándar que conocemos hoy. Bajo su patrocinio, se importaron más Pomeranias pequeños, y se inició un meticuloso proceso de selección y cría. Marco, por supuesto, jugó un papel crucial en este programa, siendo padre de muchos cachorros que heredaron su pequeño tamaño y encantador carácter.

La reina y su pequeño protector

A pesar de su pequeño tamaño, Marco era conocido por su valentía y su instinto protector. Se decía que siempre estaba alerta y listo para defender a su amada dueña de cualquier amenaza, real o imaginaria. Su lealtad y valentía le valieron el respeto y el cariño de todos en la corte, y se ganó un lugar permanente en el corazón de la reina.

Marco, el pionero de una nueva era

Gracias a los esfuerzos de la Reina Victoria y su amado Marco, los Pomeranias se volvieron más pequeños, más variados en color y más populares que nunca. Marco no solo dejó un legado duradero en la raza sino que también abrió el camino para el desarrollo de nuevas variedades y estándares. Su influencia se extendió más allá de las fronteras de Inglaterra, y los Pomeranias pequeños se volvieron codiciados en toda Europa.

Un amor inmortalizado

Marco vivió una vida plena y feliz al lado de la reina, y cuando llegó su momento de partir, la reina quedó devastada. Pero el amor y el legado de Marco perduraron. La reina mandó a construir un monumento en su honor en los jardines del Castillo de Windsor, donde descansan sus restos. La inscripción en su tumba reza: «Aquí yace Marco, el amado Pomerania de la Reina Victoria. Su lealtad y amor nunca serán olvidados».

Conclusión

La historia de Marco y la Reina Victoria es un hermoso relato de amor, lealtad y legado. Marco, con su pequeño tamaño y gran corazón, no solo cambió la vida de la reina sino también el destino de toda una raza. Su historia nos recuerda el poder del amor entre un humano y su fiel compañero canino y cómo este amor puede trascender el tiempo y dejar un impacto duradero en el mundo.

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